Me gustaría contar mi historia y como es que el feminismo ha salvado mi vida.
Yo no sabía que vivía en relaciones tóxicas hasta que llegue a terapia por uno de mis más grandes traumas en la vida.
Quiero ayudar a mujeres a través de mi escritura, hacerlas saber que no están solas y que entre compañeras nos ayudamos.
Si alguien me hubiera creído en la primera relación tóxica que tuve, yo nunca hubiera permitido que pasará a más.
Mi última relación fue la más tóxica y yo no lo sabía.
Pero un día este hombre me ataco física y psicológicamente.
Fue uno de mis peores días. Después de ello, tarde medio año en darme cuenta que yo tenía estrés post traumático. Decidí ir al psiquiatra y al psicólogo porque los ataques de pánico y la agarafobia se apoderaron de mi. Yo estaba en terapia pero seguía en contacto con el, porque el daño psicológico que me hizo, me hacía creer que tenerlo de enemigo era peor. Hasta que después de año y medio logré bloquearlo de mi vida. Fue ahí donde me refugie en el feminismo y me empoderé. Ahí supe que era más fuerte de lo que pensaba y que no estaba sola, que tenía a muchas mujeres ayudando en esta lucha.
Ahora estoy en el camino de informarme más sobre el feminismo para poder ayudar a más mujeres y cumplir el sueño de ser psicóloga y poder crear una asociación para mujeres que sufren de violencia.