Pensando en la definición de territorio he encontrado dos respuestas, existe el tangible e intangible. Haciendo enfoque en el tangible que compone desde el medio ambiente que nos rodea hasta nuestro cuerpo físico el día que experimentamos el abandono de nuestro primer terreno prestado: el vientre de nuestras madres demuestra que la definición de esta palabra va mas allá de solo lo que podemos ver al rededor. En nuestro libre albedrío me pregunto ¿cómo voy a cuidar de algo más si no se cuidar de mi mismo? el problema ambiental causado por nosotros, humanos problemáticos nunca encontrará una solución si no empezamos a cuidar el primer territorio que se nos prestó al llegar a este mundo: nuestros cuerpos y el ámbito intangible, nuestras mentes.
Con una sociedad llena de imposiciones en un mundo que realmente no le pertenece a nadie pero que irónicamente todos habitamos, ha sido poco el “esfuerzo” colectivo para dejar de dañar el único planeta que tenemos y tendremos, sin embargo hay que reconocer que siempre podemos contribuir y que por más pequeño que sea siempre se puede hacer una diferencia, solo depende de cada uno, pues muchas pequeñas acciones pueden generar cambios significativos. Venimos de la madre tierra y a la madre tierra volveremos y que pena volver a una madre que nosotros mismos hemos dañado. Cultivemos mentes para cultivar cuerpos y poder cultivar campos.