Antes de mi ya existía mi cuerpo, palpitante y con vida, existía en el viento, en la tierra.
Mi voz ya cantaba entre las hojas o las olas y crecía en la marea y arrasaba montañas; mis manos ya sembraban, ya se ensuciaban con tierra mojada.
Mi cuerpo antes de ser cuerpo ya lloraba, ya dolía y sentía, con mi madre y sus tormentos, con mi abuela y su sufrimiento, porque nosotras las de siempre, las mujeres de ayer y ahora ya sabemos del duelo.
Somos las que aran la tierra y plantan esperanza, las que construyen paredes de fortaleza, nuestra piel es nuestro escudo y que nadie nos vea a los ojos por que verá infinito.
Antes de mi ya sabía que lucharía, que gritaría, qué tal vez me marchitaría y mi cuerpo aguantaría, lastimado, arrugado y herido me acompañaría porque era y seré el recuerdo de la lucha de mi madre tierra y todas las mujeres que habitan en ella.