Las de a mentis

Marigaby Martinez

(Juegos interminables dentro de una habitación cerrada)

Culposa

Tengo una grabadora de Hello Kitty, ¿recuerdas? En ella solíamos escuchar mi disco de Shakira los viernes por la tarde, cuando salíamos de la escuela y te venías a la casa con la mochila llena de libros y sin ganas de hacer la tarea. Entre tú y yo todo siempre se trata de juegos, de música llenando vacíos. Mi cuarto era el mundo de lo nuestro, y si algo no ha cambiado en este espacio desde que tengo seis años, es que la grabadora de Hello Kitty sigue aquí. Sigue aquí y es mi posesión más preciada, recordatorio de una vida en tonos rosas y bailes en calzones.

Esta grabadora me ha visto cada día sin falta; te ha visto a ti también:

Rebel rebel, how could they know?

El tik tok  dice que por fin es mi momento, me lo dice entre gritos y solos de guitarras eléctricas. Me lo dice con una cara tan humana pero pegada a la pared; se supone que los relojes se limitan a marcar el paso del tiempo, pero el mío me grita que es hora del Rock and Roll. Amiga, estoy cansada, estoy harta, estoy tirada en mi cama, dejando que los objetos me juzguen. Creo que si un reloj te habla entonces el tiempo ya no existe, pues se supone que no tienen cara, pero ahora de la nada, cara sí tiene. Y me mira, me mira mientras la música sigue sonando, mientras los coros dicen que te siga, me juran que sólo me quedas tú y yo les creo.

A las voces que salen de las bocinas no se les cuestiona.

Me gustaría que en estos momentos mis pensamientos fuesen suficientes, pero no lo son. Necesito de un dios, de esos que se encuentran muy fácil con una grabadora, un par de álbumes o la señal de la radio. Me encanta escuchar a estos dioses murmurar en mi oído que nobody loves you when you’re down and out, pero cuando la canción termina, regresa el silencio y una vez más no hay dios en la tierra; estamos solas. Una vez más los ojos del tik tok están muertos y los sentimientos, tan frívolos, ocultos.

Y nosotras de nuevo quietas, nosotras de nuevo no nos miramos,

                          yo a ti, ya no te encuentro.

I’ve been across the water now so many times

so many times, so many times, so many times.

I’ve seen the one eyed witch doctor leading the blind

                                                                               leading the blind, leading the blind.

Esto es el trance, lo que va en medio de estar dormida y despierta. Una niebla de canciones me arrastra, me pone ligera, me deja en un estado irreal. Estas voces me hacen pensar que eres real, que lo que siento es, que hay más allá de, pero no es suficiente. Muevo mi mano hacia mi grabadora de Hello Kitty, sin despegar la vista del techo, presiono el next; no es suficiente, el coro se corta por unos segundos y un nuevo dios me susurra:

And you can punch me

And you can break my face

But you won’t change the way I feel by

Así es, you will never change the way I feel.

No cambiaré, 

no cambiaré, pero sí lo hago. Mi techo es blanco, la música ahora es gris, y Hello Kitty sigue siendo rosa, y es lo único constante, lo único que permanece igual.

I wanna see the sun, blotted out from the sky,

I wanna see it painted, painted, painted, painted black

Me encanta sentir esto, lo que no es mío, lo que he robado. Aquello que no puedo tener, que no sería capaz de encontrar sola, lo que se siente en el vacío. Las canciones cambian y está bien, yo estoy bien, no importa que llevo horas pensando en ti, que he visto al cielo cambiar de colores, he sentido al día pasar como agua por mis dedos, pero decido quedarme quieta, siempre quieta, siempre esperando, siempre metida en mi cabeza, en mi propio trance.

And I remember love without a name.

Ah, ahí están…

las palabras,

esas que te pegan y te tiran aunque no tocan ningún recuerdo, sólo son duras, agrias y se sienten bien. Se siente bien sentirlas, se siente rico verlas sangrar. Eso, ahí están; Love without a name. Venga, canción sin título, dime quién soy y qué es lo que siento, háblame del amor que no he vivido. ¿Cuánto tiempo llevo aquí? Aquí tirada, aquí en el mundo, aquí, ¿dónde? No hay un plan, la idea es seguir en el mundo, ser constante y no dejarme desaparecer, no, no dejarme nunca desaparecer.

Did I miss my chance? Is it too late?

did i, did i, did i, did i miss myself?

Aún recuerdo cuando me compraron la grabadora, cuando la vi y me di cuenta que no iba a salir de la tienda sin ella. Yo ni siquiera tenía CDs, estaba muy pequeña para eso, pero la grabadora simplemente era preciosa. Cuando me la compraron fue el día que se murió el Papa Juan Pablo II, me acuerdo porque mi mamá se echó a llorar toda la noche. Es un recuerdo que en mi mente parece sueño, con las esquinas borrosas y los detalles perdidos, dejando vivo sólo lo que brilla, lo fantástico y bonito, lo que queda cuando los años siguen pasando. Ese día, al tener la grabadora en mis manos, me sentí ganadora. Creí que ahora sí, que todo estaba bien y que todo estaría bien, que podía conseguir lo que yo quisiera señalándole.

Pero no fue así.

No ganamos, ni seguimos ganando, aún existimos en el mismo espacio, los gritos aún resuenan en las paredes. Jamás ganamos. Hoy, con grabadora en mano, veo mi cuarto, veo la cama, veo el techo. Todo es igual pero yo no soy la misma persona, ya no se gana tan fácilmente, ya no se siente el triunfo con el mismo regocijo.

Jamás ganamos.

God is a concept

By which we measure

Our pain

Metete en mí, ajena agonía.

¿Dime, acaso siempre he sido así? Así tan triste, así tan sola. Se siente bien sentirme mal sin ninguna razón. Poner estas pinches canciones que ni entiendo, pretendiendo que hablan de mí, que me hablan a mí, que me dicen algo, que me conoces, que son verdades y no otro tipo de horóscopo que intenta decirme cuál es mi suerte y qué se aproxima.

Duele lindo, ¿sabes?, porque es de a mentis. Como cuando de chica juegas a la casita con tus amigas. No es real. Pretendemos que tú eres la mamá y yo soy el papá y pues nos besamos, porque eso es lo que hacen las mamás y papás. Y como es de juego, de a mentis, y ahorita no soy yo y tú no eres tú, somos él y ella. No es real. No pasa nada.

I just believe in me

And that’s reality

The dream is over

                                       the 

                         dream 

                                           is

                                                       over

What can I say?

The dream is over

Somos algo creado pero al mismo tiempo no, ¿entiendes?, como cuando éramos chiquitas. Sólo que ya no lo somos, chiquitas, sólo nos sentimos y seguimos, siempre,  jugando a las de a mentis. A los 5 años la casita, los besitos de mamá y papá con la manita entre las bocas o sin ella. A los 10 años, canciones de amor llenas de cosas que no entiendo y que ni quiero. A los 13 años, los mensajes que te mandé de broma, los pretextos detrás de mi historial de internet. A los 15 años, el novio de prueba, de a mentis, solo para. A los 17 años, la primera novia, para estar seguros y no sacar decisiones apresuradas. A los 20 años, la caja debajo de la cama, con el candado y la llave sobre la almohada.

Well, I don’t want to be a failure mama, I don’t want to cry

Well, I don’t want to be a soldier mama, I don’t want to die 

Mi mamá es muy buena jugando a las de a mentis. Su juego tiene reglas diferentes que el de nosotras. A ella le da miedo que lo diga, que alguien más lo diga, le da miedo decirlo. La entiendo, dan miedo las palabras en voz alta. Apago la música, pues hace rato dejó de sentirse de a mentis. Me toco la cara, estoy llorando y pues genial, todo se puso pesado, se salió de la línea. Eso es lo que pasa con los juegos de a mentis, no lo son. Fea, fea culpa, por un ratito, un segundo.

He’s told us not to blow it

He told me:

Let the children lose it

Let the children use it

Let all the children boogie

Estoy cansada de estar en mi cama, cansada de no hacer nada, queriendo perder cada segundo que no sobra, cada segundo que no te sobra.

Tal vez mi cuarto no es del mismo color, pero mi grabadora de Hello Kitty sigue aquí, la misma persona vive aquí, los mismos gritos, las mismas palabras. El reloj me sigue mirando, solo que ahora en silencio y un poco asustado. Eso pasa cuando lloras y te ven, cuando la broma deja de serlo y el aire asfixia a todos por igual. Nada ha cambiado, nada va a cambiar mientras siga jugando. Y nosotras siempre jugaremos, a eso nos dedicamos. Detenidas en el tiempo, perdidas la una sobre la otra. Te hago sentir mal, te hago sentir mal porque puedo, porque no es real, es un juego y sé que lo entiendes, nosotras lo  sabemos, es de mentis, amiga.